domingo, 22 de noviembre de 2009



Fiodor Dostoievski

Nació el 11 de noviembre de 1821 en Moscú, murió el 9 de febrero de 1881 en San Petersburgo.
Uno de los mayores novelistas de la historia, aportó gran cantidad de bases para las novelas modernas.
Desde su primer obra fue alabado por la crítica. En él hablaba de los pobres, y como en todas sus novelas daba una óptica del personaje desde un punto de vista psicológico totalmente novedosa. Pero su carrera literaria se vio interrumpida cuando fue encarcelado por reunirse con un grupo de intelectuales prohibido. Un instante antes de ser fusilados, su pena se cambió por el exilio, por el que debió hacer trabajos forzosos en Siberia, así como ejercer de soldado raso, estas situaciones le provocaron la epilepsia que lo aquejaría hasta su muerte. Terminada la pena, fundó una después de la otra, dos revistas: Vremya (Tiempo) y Epoja (Época), ambas duraron pocos. Habiendo estado enferma hasta durante largos años hasta morir su mujer, y al morir también su hermano, cuyas deudas debió pagar, quedó inmerso en la miseria y se mantuvo con lo que recibió de El jugador (1866). Dejó el país escapando de los acreedores, y mientras tanto escribió obras que le valieron el reconocimiento internacional. Hizo con su estilo, un enorme aporte a lo que serían el surrealismo y el existencialismo, y la literatura del siglo XX , cuando agrega una psicología a los protagonistas, incluyendo al narrador que ahora participaba de la narración como personaje.


EL ADOLESCENTE.

El adolescente, novela que tiene como principal protagonista a un joven ruso que admira u odia a su padre según sean las influencias contradictorias que recibe. La vida del adolescente y de un retablo de personajes, maravillosamente caracterizados por Dostoyevski, que bullen en torno a él, va creando un crescendo en la novela, que es lo que mueve al lector a no abandonar la lectura hasta la última página.



MUSICA

En el siglo XIX sobresalen fundamentalmente dos movimientos estéticos terminantemente opuestos: el Romanticismo y el Impresionismo. El primero basado en el principio Rousseauniano "siento luego existo" mientras que el segundo, separándose del vetusto clasicismo y el deslumbrante Romanticismo, no buscaba la razón ni la sensación, buscaba la crítica al pasado por la crítica misma.

Los grandes cambios producidos por la Revolución Industrial y las revoluciones burguesas ya no serían compatibles con las delicadez y mesura del clasicismo. El mundo había cambiado, el Hombre tenía derechos inalienables, Francia tenía un calendario nuevo, en 1803 Inglaterra y Francia darían inicio a las Guerras Napoleónicas de la Tercera Coalición, Richard Trevithick diseñaría una locomotora en 1804 y prontamente se verían sus efectos musicales: en 1804 Beethoven compondría su Sonata para piano nº 21, Waldstein, caracterizada por fuertes modulaciones a tonalidades distantes bajo el tratamiento de enarmonización del séptimo grado.

Los contrastes dinámicos que caracterizaron la Sinfonía no. 94, La Sorpresa, de Haydn serían explotados sistemáticamente en la obra de los compositores románticos, que pondrían cada vez más hincapié en la escritura de las dinámicas como parte fundamental del trabajo compositivo.

La Sonata romántica, a diferencia de la anterior sonata, pondría mucho más hincapié en el desarrollo que en la exposición, tomando prestados elementos de la fuga y la variación para expandir la duración de la obra. Duración que hablaría de la calidad de la obra.
El siglo XIX fue un siglo de grandes cambios, grandes crisis económicas, cada vez más fuertes y pujantes. Los nuevos movimientos obreros, los socialismos posteriormente llamados utópicos, advertían, desde sus comienzos, que el capitalismo no tendría muchos años de vida, creían que iba a fracasar tempranamente y una sociedad nueva aparecería, guiada por la razón y la ciencia, sin clases sociales ni propiedad privada, el orden conduciría al progreso, una nueva era de la paz vendría por una gran guerra, Fourier deliraría profetizando que las ballenas serán sustituidas por antiballenas que ayudarán a tirar de los barcos,[1] Julio Verne crearía una literatura basada en la especulación científica haciendo especulaciones no menos disparatadas. La ciencia avanzaba cada día: Teoría de la Evolución, Teoría de números, Fotografía, Teléfono, Anestesia... un mundo cambiante solo se podría traducir en arte cambiante, tonalidades cambiantes, préstamos armónicos.

La belleza armónica no se basaría más en la simpleza del clasicismo. Las características del desarrollo de la sonata beethoveniana serían las características de la música posterior a él. Debussy llegaría a decir que César Franck era una "máquina moduladora".[2]

El Impresionismo musical es un movimiento musical surgido al finales del siglo XIX y principios del XX sobre todo en la música francesa, con la necesidad de los compositores de probar nuevas combinaciones de instrumentos para conseguir una mayor riqueza tímbrica. En el Impresionismo musical se da mucha importancia a los timbres, con los que se consiguen diferentes efectos. También se caracteriza porque los tiempos no son lineales sino que se ejecutan en sucesión de impresiones. Se relaciona de esta manera con el Impresionismo pictórico, que conseguía las imágenes mediante pequeñas pinceladas de color. Dos de los principales compositores de este movimiento son Claude Debussy y Maurice Ravel.


PINTURA

El siglo XIX será para el arte valenciano un periodo de fecunda producción por estar repleto de personalidades de primera magnitud que encontrarán eco en el panorama plástico del momento, calificado como "el nuevo siglo de oro de la pintura valenciana".
Ese conjunto de artistas, con su peculiar forma de pintar, constituirán una escuela coherente y bien definida, que contribuye decisivamente a la renovación de las artes pictóricas españolas decimonónicas. Su principal aportación estriba en la captación instantánea y lumínica de las cosas, desarrollando para ello una peculiar técnica de pequeñas pinceladas individualizadas y manchas de color, unidas a una ejecución rápida, que en algunos casos parece tener como resultado un aspecto abocetado o inconcluso. Esta apariencia visual ha motivado que popularmente se les conozca como "escuela impresionista valenciana", expresión quizá incorrecta, por ser en realidad ajena a los planteamiento filosófico de la pintura impresionista. Su principal preocupación es captar efectos lumínicos, de ahí que resulte más correcto llamarlos pintores luministas, plenairistas o instantistas.
Una dominante en todos ellos es que cuentan con una trayectoria profesional común. Se forman en la conservadora Academia de San Carlos, en Valencia, para posteriormente disfrutar de una pensión de la Diputación en Roma o París, en donde no sólo amplían estudios, sino que contactan con las corrientes artísticas europeas del momento, provocando en ellos un cambio sustancial en su manera de hacer. Finalmente coincidirán en los certámenes de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, obteniendo los primeros premios que los catapultan a la fama y al reconocimiento por parte de la sociedad madrileña, pero sin desvincularse de su tierra natal.
Por lo que respecta a la técnica y la temática ocurre exactamente lo mismo. Casi todos utilizarán el gran lienzo para concurrir a los concursos, pero es en los pequeños formatos donde consiguen los mejores logros de inmediatez luminosa a partir de una arrebatadora factura de manchas de color. Por otra parte, la temática de estas pinturas se diversifica muchísimo, pero en líneas generales responde al deseo de satisfacer la demanda de una clientela burguesa ajena a cualquier experimento o audacia compositiva. Entre los temas más cultivados destacan: la pintura de historia, obligatoria en los concursos nacionales; el elegante y refinado retrato; el paisaje como protagonista absoluto; la pintura de costumbres, que convertirá lo cotidiano y popular en motivo artístico; y finalmente la pintura religiosa, que desde su claro declive encuentra ahora un nuevo enfoque costumbrista combinado con el sentimiento religioso.


ARQUITECTURA

La revolución industrial de los finales del sigo XVIII causo un cambio en la arquitectura del siglo XIX. Esto fue a causa de que esta trajo nuevos materiales de construcción, tales como:

- el hierro

- el hormigón armado

- el cristal

- acero inoxidable

El hierro, uno de los materiales que he nombrado anteriormente, fue importante en la construcción. La mayoría de las construcciones realizadas con este material son puentes. Como por ejemplo:


- el puente de Portugalete -

La creación de este material fue por la demanda que se había en aquel entonces, como: construcción rápida y barata; vías de tren; puentes; hospitales; bibliotecas etc...

Los puentes que he mostrado antes son un ejemplo de lo que se construyo con este nuevo material (hierro). El primero, el puente de Portugalete, es un puente colgante que une Portugalete con Las Arenas. Se encuentra en Bizkaia, y esta echo de hierro. Tiene una cabina sujetada por unos cables que se mueve mecánicamente de una horilla a otra.

El segundo, el puente del rió Avon, se encuentra en Inglaterra. Este esta echa de hierro pero a los lados tiene unas “torres” echas de piedra y ladrillo, utilizadas para sujetar ambos extremos.

El tercero, el puente de las artes (Pont des Arts), se encuentra en Paris. Este esta echa de hierro y en las bases tiene piedra.

Al principio el hierro solo se relaciona con la construcción de puentes, como en los ejemplos anteriores. Pero al de un tiempo se empezó a utilizar este material en otras construcciones (vías de tren -como en Saint-Lazare-, etc..).

Después de un tiempo este material (hierro) junto con el cristal y el hormigón armado (otros dos nuevos materiales influenciados por la revolución industrial) y se utilizaron para construir edificios públicos, como:

- mercados

- museos

- teatros

- bibliotecas

- etc...



VESTIMENTA

Los elementos usados en la fabricación de telas fueron hasta el siglo XIX, los que brindaba la naturaleza: algodón, lana, seda. En las últimas décadas aparecen las fibras sintéticas, que se usaron masivamente en la producción de telas, y más aún, ya se ha reducido el mercado de géneros pues las prendas se compran ya realizadas, cuando se produce la gran producción industrial, aunque hay todavía un porcentaje de hechura a mano.

Para llegar a la vestimenta, se fueron produciendo los siguientes pasos: fabricación y preparación del hilo en husos, tisaje, baño de apresto, armado de conos, enrollado o bobinado, tejido, teñido, estampado, hechura del género, confección de la prenda. En algunas texturas se realiza baños en ebullición, blanqueados, procesos para que no encojan, impermeabilización o antiarrugas



GASTRONOMIA.

La cocina, atendida por sirvientes y esclavos, estaba siempre alejada de la casa a causa del humo y del hollín que producía la leña al quemarse, lo cual causaba natural inconveniente a la hora de llevar la comida a la mesa.

Los implementos era casi todos de cobre o barro cocido y vidriado. Se pueden observar múcuras, botijuelas, candiles franceses, metate para moler el cacao, entre otros utensilios. En el corredor contiguo se realizaban múltiples actividades: se planchaba ropa, se pulía platería, se pilaba el maíz o se fabricaban velas para el alumbrado.
Era el alimento mas sencillo y de menor coste que se podía elaborar. Se hacía con harina mezclada con agua y sal. Se cocía a fuego lento, se iba removiendo hasta que se conseguía la consistencia deseada. Cuando disponían de leche procedente del ordeño sustituían parte del agua por leche. También podían añadir miel u otro aliño parecido. En todas las civilizaciones mediterráneas hay referencias a alimentos semejantes. Cociéndolas en el horno son las precursoras del pan y de las tortas y en general de cualquier alimento elaborado con harina y agua.